domingo, 25 de noviembre de 2012

MOLEJÓN DE RALA-BOCHE DE ABAJO

La salida era la primera después de un periodo de abstinencia largo. Muy largo. Pensamos en algo fácil y cercano y Boche era una buena opción que además nos permitía no madrugar demasiado. El día salió magnífico y eso se agradece.
Lo que iba a ser un paseo tranquilo por el Molejón de Rala se truncó cuando nos encontramos una batida y nos recomendaron que nos diéramos la vuelta. Así que convertimos el paseo en una ruta Micológica en toda regla. Porque ahora, por fin, teníamos a Begoña con nosotros. Y doy fe, Begoña huele los guíscanos. Donde pone la vara, ahí, hay un guíscano.



Empezamos tranquilos, bajando hacia el cortijo del Señorito. Como se puede ver, tranquilamente, y cogemos el antiguo camino Boche-Majada, pasando por bancales cercados con muros de piedra.
                                                                                                         
 Y en el mismo camino nos encontramos las primeras setas interesantes.


Por allí pasaba el tractor de Lucio que nos abrió el camino hasta arriba del Molejón.
Lucio, recogiendo leña menuda para el horno y nosotros de paseo.
Ese pan tan rico de Boche, hecho en horno de leña, con su creciente, .... Y a la vuelta no fuimos capaces de ir a comprar uno. No tenemos perdón.




Dejamos el camino de Majada a la izquierda (que también lleva a la fuente de los Tornajos) y seguimos dirección a Jartos.  Y por el camino nos encontramos una calera. Todavía se ve la base de la boca y las paredes.








 Vista de las huertas de Boche.
 Aquí están las que buscando setas no se dan cuenta de por donde se meten y se encuentran con las colmenas de sopetón. Y mírala, todo el mundo andando y a ella se le van los ojos hacia los lados buscando.


 Encontramos de todo, la verdad, desde setas tan grandes como estas, a otras enanas, e incluso latas de atún que "alguien" dejó olvidadas por el monte. ¡Qué pena que siga habiendo gente así!

 Y el almuerzo con vistas al Cujón y al Calar del Mundo.
 Y sí, encontramos guíscanos, como estos dos tan hermosos que encontraron los chicos. Y Paula con los bojines. Que mira que había por todos lados.


Y Lucio decidió "ayudarnos" indicándonos el camino para bajar a Boche de Abajo. Pero ni camino ni na de na. 

 Que no había camino. Que esto era tira para abajo que ya llegarás. Y hay quién lo hacía como podía, claro. Y ahí estábamos. Tirando para abajo.
Pero con vistas como estas de Boche de Abajo y Casa Galera merecía la pena.

 Este es otro que huele los guíscanos. Y además los encuentra hermosos y sanos.

Y de nuevo una calera en el camino.





 Y por fin llegamos a Boche de Abajo. Y Begoña nos enseñó la antigua casa de su familia y una
antigua almazara.











Aquí se ve el patio interior y el horno y la entrada a las cuadras donde aún están los pesebres. Pero poco más. Lo demás está hundido. Pero quedan los restos de paredes de piedra y de tapial.

Y luego seguimos la acequia en dirección a la Casa Galera.Y por el camino nos encontramos con esto...... Tal vez no se vea bien, pero es un pedazo de burro, blanco, preciosísimo.


El burro de Miguel Café que estaba por allí echando basura a la huerta. 


Siguiendo la acequia llegamos a la balsa y al arroyo, entre nogales y huertas con hormas de piedra.

Y nos encontramos con esto, un bancal muy curioso, lleno de ropa colgada para espantar a los jabalís y otros bichos.
 Y dejo dos fotos porque merece la pena de ver esto.



Y también setas y más setas. Las había por todas partes. Tanto es así que tuvimos que coger un montón y llevárnoslas para comer.
También musgo por todas partes. Under the musgo, como decía Fernan.

 Y hay quién llegó antes al final de la ruta y pudo esperar tranquilamente.
Y ahora que ya estamos en ruta nos vemos el fin de semana que viene. Porque como hemos descubierto  que echábamos demasiado de menos salir al monte y andar.
Y ahora, una de setas. Mira que son hermosas: