Bueno, la cosa es que subimos por la cara sur a Las Cabras, bien pertrechados y entonces descubrimos que habíamos olvidado la cámara de fotos.
Menos mal que hay móviles por el mundo, y aunque con poca calidad, pudimos dejar constancia de que conseguimos el objetivo.
Empezamos la marcha perdiéndonos. Parece mentira con la experiencia que ya tenemos.
Primera parada de unas pocas. Y es que como decía Luisete "¿Qué es lo que está pasando?" EStá claro que estábamos algo oxidados. Hay que hacer más rutas. No hay otra solución.
Menos mal que paramos a almorzar, porque si no, no llegamos.
Y venga a comer.
La bebida también ayudó. ¡Dios bendiga la bota de MAnolo! ¡Y el vino que contenía!
Y aún así se preguntaban, "¿dónde tenemos que subir aún?" "¡Ay ca! ¿Todavía tenemos que subir ahí arriba?" ¡Qué ilusos! ¡No quedaba todavía na ni na!
Que sí que eso es La Sagra. Que ya subiremos. Que hay tiempo para todo.
Imaginad en lo que está pensando Fernando.
Exacto: "Yo tendría que estar ahora ahí"
Otra parada. No hay nada como una siestecita en la nieve. Aunque el culete quedó un poco perjudicado.
Y llegamos.
Por lo menos al pico Calderón, a 2070 m.
Y llegamos todos.
Y luego unos pocos intrépidos nos atrevimos a ir al geodésico de las Cabras. Aunque hubo algún "esfarre" y alguien perdió una zapatilla (que eso de ponerse botas no va con él).
Y Llegamos todos. Unos más contentos y orgullosos que otros (que están más sobraos).
Así que nuevo reto conseguido.
Chicos, que hemos subido a la zona más alta de la provincia de Albacete.
De aquí llegamos a cualquier parte.
Incluso a La Sagra.