domingo, 16 de febrero de 2014

PUNTAL DE LA MISA (Calar de cobos): un reto menos

LAS GORGOLLITAS-PUNTAL DE LA MISA-LAS GORGOLLITAS

Esta era una de las rutas que teníamos fijadas para este año. Y aquí está. Objetivo cumplido.


Con esta subida ya hemos hecho los tres calares de esta zona de Jaén y que bordean el embalse de Anchuricas: El Calar de Cobos, el de las Pilillas y el de Cabeza de la Mora.






Distancia: 8 km. Altura máxima: 1796 m. Altura mínima; 1238 m.
Desnivel: 558 m. Duración: 4 h.




El Calar de Cobo está a unos 1700 m. de altitud y tiene una longitud de unos 5 km., desde el Cerro de Góntar, al norte, y el Puntal de la Misa, al sur. El refugio, situado en el Puntal de la Misa es el punto más alto de este Calar, con una altitud de 1796 m.

La lluvia de estos últimos días se nota, y mucho, tanto en las carreteras de acceso a estas aldeas de Jaén (más hechas polvo que de costumbre), pero también en el paisaje. Arroyos por todos lados. Y como siempre, la fuente de los cuatro caños a tope. Aquí es donde nos dimos cuenta de que nos habíamos olvidado la mejor parte del almuerzo. Ese taquico de jamón, ese pan recién hecho, .... y esa bota de vino... En fin, mejor no pensarlo más.

Tampoco es que subir a la aldea de Las Gorgollitas fuera fácil, porque no aparecía señalización por ningún lado. Menos mal que ya habían estado por esta zona alguno de los del grupo.













La salida fue desde una de las cortijadas de Las Gorgollitas, el Carrascal, en donde ya aparece señalizado el PR-A196, siguiendo el antiguo camino de herradura.















En el primer descanso del ascenso las vistas empiezan a merecer la pena. Y como se señala todavía queda un buen trecho hasta llegar ahí arriba.


Parece que está diciendo, "¡Pero mira lo que queda por subir todavía!" Y luego no fue para tanto.

Siguiendo el camino, al llegar a esta tinada (tená) tomamos un camino alternativo hacia la izquierda que nos llevaba más directos hacia arriba, por una senda casi perdida que nos acortó mucho el trayecto.


 Pero no fue fácil. Nos tropezamos con una pared de piedra que tuvimos que pasar como pudimos. En ella pusimos en práctica una nueva técnica de ascenso: la subida a cuatro patas. No quedaba muy técnico, pero funcionaba.






 



 
Por fin llegamos a los primeros tornajos, donde nos refrescamos y donde empezamos a jugar con los primeros restos de nieve que aún quedaban. 



A la subida al alto el frío se hizo ya notar. 


Aquí alcanzamos la superficie del Calar, una altiplanicie con restos de antiguos terrenos de labor, con construcciones de piedra seca. 

 En los segundos tornajos fue donde encontramos el lugar adecuado para almorzar. Al resguardo del frío y del viento, al solecito.
Un almuerzo recortado. Ese trozo de jamón serrano, ese pan calentito, ....










 Subimos al alto, donde encontramos de nuevo las señales del PR que nos llevaron hasta el refugio del Puntal de la Misa.

  

 Llegando al refugio encontramos un rebaño de ovejas al sol. 




 La nieve no era para tanto, aunque lo parezca. 

 
 Ni tampoco era para tanto el cansancio.

Y aquí estamos, al sol y disfrutando de las vistas.





 





  Y ahora, de vuelta. Y esta vez sin atajos.




 Curiosas construcciones en piedra seca para refugio de pastores y ganado.




































  Y más ganado, ya llegando a la aldea.



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