Hemos hecho varias rutas en torno a él. La primera fue pocos días antes de las vacaciones. La hicimos en coche y medio lloviendo (¡cómo no!). Salimos de Yeste, Puente de la Vicaría, El Toril, Fuentiguera, Juan Quíles, la presa, y de vuelta de nuevo a Yeste.
Puente de la Vicaría.

Al lado de la presa encontramos a un grupo de cabras montesas que se guarecían de la lluvia.

Puente del Palomar.
La segunda ruta fue también en coche y después de mucho tiempo llegamos al aliviadero.
El Aliviadero.

El agua había saltado hacía unos días y cuando fuimos estaba en el límite.
La presa con los cuatro tubos abiertos.

La tercera fue por fin a pie y muy curiosa. Salimos por la antigua carretera Yeste-Hellín que desemboca en el pantano y monte a través llegamos al puente del Palomar. Allí cogimos los coches y fuimos hacia el aliviadero y la presa. Y claro, yendo con Begoña encontramos orejones y cagarrias.


Y sí, la antigua carretera desemboca en el mismísimo pantano. Así que subimos monte arriba para poder darle la vuelta y llegar al puente del Palomar donde estaban los coches.





La presa estaba soltando ese día tan solo dos tubos.

Y estas son las cagarrias. Tampoco es que sean muy bonicas.
Curioseando una cueva. Pero no había dragón, ni tesoro, ni na de na.

Y Juan llegó al final del camino. ¿Y ahora qué?
Y ahí se ve cómo la antigua carretera está comida por el pantano.
Y aquí la friki de la ESther que sale al monte con zapatillas de tenis degastadas.
Y la última fue al aliviadero porque por fin conseguimos ver cómo saltaba el agua por él.


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